1. ¿Que es la racionalidad dialéctica?
John Rawls
distingue entre ser racional y ser razonable:
Ser
racional
implica tener una idea de lo que se considera bueno y perseguirla. Ser
razonable implica estar dispuestos a perseguir ese bien en una sociedad
donde unos respetan a otros como iguales y aceptan ciertos mutuos términos de
cooperación, adhiriendo voluntariamente a un par de principios mínimos de
justicia.
La
Dialéctica, en filosofía, es el método que investiga la naturaleza de la verdad
mediante el análisis crítico de conceptos e hipótesis y la evolución de las
ideas se produce a través de un proceso dialéctico.
Las personas en
la posición original son racionales. Por ello preferirán tener más bienes
primarios a tener menos. La envidia se encuentra ausente, pues ella provocaría
una desventaja para la totalidad.
Es razonable
que en la posición original se opte por un principio de justicia que
exija una distribución igualitaria. Y ello es así en virtud de que no sería
posible saber en qué situación estarán una vez que se corra el velo de
ignorancia (El velo de ignorancia hace posible la elección unánime de una
determinada concepción de justicia). Por tanto, todos elegirán esta opción.
Pero ello no es definitivo, ya que las sociedades deberán tomar en cuenta
también la eficiencia económica y las exigencias de la organización y de la
tecnología. Ya que las partes comienzan a partir de una división igualitaria de
todos los bienes sociales primarios, aquellos que se benefician menos tienen,
por así decirlo, un derecho de veto. Tomando la igualdad como punto de
comparación, aquellos que han ganado más tienen que haberlo hecho en términos
que sean justificables respecto a aquellos que han ganado menos. Mediante un
razonamiento de este tipo pueden, entonces, llegar las partes a los dos
principios de la justicia seriamente ordenados.
2. ¿A qué le
llama el bien aplicado a las personas?
El bien de una persona, se refiere a la lograda ejecución de su
proyecto racional de vida, y de sus bienes menores como parte del mismo.
De modo que la libertad y las oportunidades, los ingresos y la
riqueza y sobre todo el respeto propio son bienes primarios, que se explican
mediante la teoría tenue, es decir mediante la concepción de la bondad como
racionalidad.
Por ejemplo, podemos identificar una función o posición básica, la
del ciudadano, y luego decir que una persona buena es la que tiene, en un grado
superior al promedio, las propiedades que es racional que los ciudadanos deseen
unos en los otros.
En segundo lugar, el concepto de una persona buena puede
interpretarse como la que requiere alguna valoración general o media, de modo
que una persona buena es la que se desenvuelve bien en sus diversas funciones.
Por último, pueden existir propiedades que es racional desear en
las personas, y una buena persona es la que tiene, en un grado superior al de
la persona media, las propiedades de base amplia que es racional que las
personas deseen unas en otras.
Las virtudes fundamentales se encuentran entre las propiedades de
base amplia que es racional que los miembros de una sociedad bien ordenada
deseen los unos de los otros.
Debemos distinguir entre:
Los valores naturales, son fuerzas naturales desarrolladas
por la educación, y por la instrucción, y ejercitadas, a menudo, de acuerdo con
ciertas características intelectuales o de otro tipo.
Las virtudes morales, son sentimientos y actitudes
habituales que nos inducen a actuar de acuerdo a determinados principios de
derecho, se identifican empleando la concepción de justicia ya establecida.
Una persona buena, es la que tiene en un
grado superior al promedio los rasgos de base amplia del carácter moral que es
racional que las personas deseen las unas en las otras y las virtudes
fundamentales se encuentran entre las propiedades de base amplia que es
racional que los miembros de una sociedad bien ordenada deseen los unos de los
otros.
Ejemplos de virtudes:
prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza
Las virtudes son excelencias, son buenas desde el
punto de vista de nosotros mismos, así como desde el punto de vista de los
demás. La carencia de ellas tenderá a socavar tanto nuestra propia estima como
la estimación que nuestros compañeros tienen por nosotros. Por tanto, las
manifestaciones de estas faltas herirán el propio respeto con sentimientos
asociados a la vergüenza.
La idea de justicia como imparcialidad, se refiere a que
los principios de la justicia son aquellos en los que estarían de acuerdo las
personas racionales en una situación original de igualdad, allana el camino
para la extensión de la definición del bien a las cuestiones de la bondad
moral.
3. ¿Cuáles
son los elementos de la teoría del bien?
La función de la
teoría del bien, es definir a los miembros menos favorecidos de la sociedad, la
teoría no define una medida de bienestar, no nos dice hasta qué punto se hayan
perjudicados los menos afortunados, porque su índice de bienestar se especifica
en términos de bienes primarios (libertad, respeto propio y riqueza), que los
individuos racionales desean para llevar a cabo su plan de vida. Algo es bueno
cuando se ajusta a las formas de vida compatibles con los principios del
derecho ya existentes
Rawls llama a la descripción del bien como la
teoría tenue, cuyo propósito es asegurar las premisas acerca de los
bienes primarios requeridos para llegar a los principios de justicia. Una
vez elaborada esta teoría y explicados los bienes primarios, seremos libres de
emplear los principios de la justicia en el ulterior desarrollo de lo que el
autor llama la teoría completa del bien.
La teoría tenue del bien, sirve para esclarecer
la preferencia racional por bienes primarios (libertad, respeto propio y
riqueza) y explicar el principio de racionalidad subyacente en la elección de
principios, en la situación original, esta teoría es necesaria para sustentar
las premisas de las que derivan los principios de justicia.
El rasgo característico de la teoría
completa del bien, consiste en que considera los principios de la
justicia como ya asegurados, y luego usa estos principios para definir los
otros conceptos morales en los que se haya implícito el concepto de la bondad, una
vez que disponemos de los principios de lo justo, podemos recurrir a ellos para
explicar el concepto del valor moral y la bondad de las virtudes morales, pues
los valores de la vida humana se hallan sometidos a los principios de justicia.
En una concepción más
sencilla del bien, podemos comprender en parte lo que se considera como bueno, aunque
no sepamos las características deseadas del objeto que se está valorando, así, los
ojos y oídos son los que tienen las propiedades que es racional desear en
nuestros ojos y oídos.
Los principios morales tienen gran
importancia a la hora de caracterizar las propiedades deseadas, pues estos
atributos pueden no bastar, pero son generalmente necesarios. Para que la
bondad equivalga al concepto de valor moral, es preciso que las virtudes sean
propiedades que las personas deseen, racionalmente, unas de otras.
Así la teoría descriptiva sostiene que “bueno”
se utiliza, en especial, con la fuerza de una recomendación o consejo, etc. El
significado descriptivo de bueno no es sencillamente una enumeración de
propiedades semejantes para cada tipo de cosas, de acuerdo con un convenio o
una preferencia. Más bien según explica la definición, estas listas se forman a
la luz de lo que es racional desear en objetos de diversas clases.
4. ¿Cuáles
son las diferencias entre lo justo y lo bueno?
a. mientras los
principios de la justicia son los que se elegirían en la situación original,
los principios de la elección racional y los criterios de racionalidad
deliberativa no se eligen en absoluto.
En la teoría del bien no se presenta
un problema análogo, no hay necesidad de llegar a un acuerdo sobre los
principios de elección racional, cada quien es libre de proyectar su vida como
mejor le plazca, mientras sus intenciones sean compatibles con los principios
de justicia.
b. Un segundo contraste
entre lo justo y lo bueno consiste en que en general es bueno que las
concepciones de los individuos tienen de su propio bien difieran de modo
notable (lo que para unos es bueno, para otros no, podemos estar o no de
acuerdo al respecto, podemos consultar con otros pero somos libres de
determinar lo que está bien para nosotros), mientras no ocurre lo mismo
respecto a sus concepciones de lo justo, y en la justicia si deben existir
principios comunes y modos similares de aplicarlos a casos particulares. En
una sociedad bien ordenada, los ciudadanos sostienen los mismos principios de
derecho y tratan de alcanzar el mismo juicio en los casos particulares. Estos
principios tienen que establecer un ordenamiento final entre las pretensiones
conflictivas que las personas sostienen unas en relación con las otras, y es
esencial que este ordenamiento sea identificable desde el punto de vista de cada
uno, por difícil que pueda ser , en la práctica, que cada quien lo acepte.
c. La tercera diferencia
consiste en que muchas aplicaciones de los principios de justicia se ven
reducidas por el velo de la ignorancia, cuando las evaluaciones del bien de una
persona deben basarse en un pleno conocimiento de los hechos.
Los principios de justicia, tienen que elegirse en ausencia de
cierta información, en las evaluaciones del bien, la persona debe basarse en el
conocimiento de los hechos y solo en la fase judicial se deciden los casos
particulares en vista de los hechos pertinentes.Lo justo tiene prioridad, frente a los proyectos de vida de los
hombres.
5. ¿Cuando hablamos de una sociedad bien
ordenada?
Una sociedad planeada para incrementar el bien de sus miembros y
eficazmente regida por una concepción pública de justicia, todos sus
integrantes aceptan los mismos principios de justicia y las instituciones
sociales satisfacen dichos principios, y la justicia como imparcialidad va de
acuerdo a esta idea de sociedad, pues a esos principios se ha llegado por
consenso.
Una concepción de la justicia es más estable que otra si el
sentido de la justicia que tiende a generar es más fuerte y más capaz de vencer
las inclinaciones destructivas, y si las instituciones que permite suscitan
impulsos y tentaciones más débiles para actuar injustamente. La estabilidad de
una concepción depende de un equilibrio de motivos; el sentido de la justicia
que cultiva y los propósitos que estimula deben triunfar, normalmente, contra
las tendencias de la injusticia, para valorar la estabilidad de una concepción
de la justicia (y la sociedad bien ordenada que define).
Los seres humanos, en una sociedad bien ordenada, pueden adquirir
un sentido de la justicia y otros sentimientos morales. En una sociedad bien ordenada, las normas de justicia definen la
concepción pública de la justicia.Los ciudadanos que realizan funciones del poder público deben
adoptar los puntos de vista de los demás para que exista equilibrio.
6. ¿Cuáles son los principios de la moral?
Según una
corriente “clásica”, la ética tiene como objeto los actos que el ser
humano realiza de modo consciente y libre (es decir, aquellos actos sobre los
que ejerce de algún modo un control racional). No se limita sólo a ver cómo se
realizan esos actos, sino que busca emitir un juicio sobre estos, que permite
determinar si un acto ha sido éticamente bueno o éticamente malo.
La ética
estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se ha
de aplicar posteriormente a nivel individual y a nivel social. En la vida
cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que
justifican la utilización de un sistema moral u otro.
En ética, los principios son reglas o normas que orientan la
acción de un ser humano. Se trata de normas de carácter general, máximamente
universales, como, por ejemplo: amar al prójimo, no mentir, respetar la vida,
etc. Los principios morales también se llaman máximas o preceptos.
Los principios son
declaraciones propias del ser humano, que apoyan su necesidad de desarrollo y
felicidad, los principios son universales y se los puede apreciar en la mayoría
de las doctrinas y religiones a lo largo de la historia de la humanidad.
Immanuel Kant fundamenta la ética en la actividad
propia de la razón práctica.
Considera principios aquellas proposiciones que contienen la
idea de una determinación general de la voluntad que abraza muchas reglas prácticas. Los clasifica
como máximas si son subjetivos o leyes si son objetivos.
Los principios morales son
una codificación de las cosas que el hombre ha descubierto que son malas para
él mismo y para los demás en algún momento de su historia, y habiendo
descubierto que estas cosas inhibían su propio bienestar, legisló entonces
sobre ellos
7.
¿Cómo se puede dividir a la moral?
A. Moral de la autoridad. Es la primera etapa del
desarrollo moral. Va de generación en generación. En su forma primitiva es como
la del niño: porque consiste en un conjunto de preceptos y no puede abarcar el
esquema del derecho y de la justicia que justifique las normas que los padres
prescriben al niño. El niño está
sometido a la voluntad de sus padres, a quienes admira, y que son su ejemplo a
seguir. El niño está dispuesto a obedecer los preceptos que le mandan sus
padres sin que medie recompensa o castigo, porque las prescriben personas poderosas
que tienen su amor y confianza
B. Moral de la asociación. Es distinta de la moral de
autoridad, por que el niño no puede percibir las intenciones y sentimientos de
los demás. En esta existen lazos de confianza y amistad entre los asociados. Las
reglas de la moral son inculcadas a una persona por la aprobación o
desaprobación de las personas dotadas de autoridad o por los demás miembros del
grupo.
Asociaciones: familia,
escuela, vecindad: Cada individuo tiene una función en la asociación y debe tratar
de cumplirla: ser buen hijo, esposo, compañero, amigo.
Cuando hay una cooperación
regular se desarrollan lazos de amistad y confianza mutuos. El incumplimiento
de la función genera culpa, y se intenta reparar el daño o admitir que la conducta
ha sido errónea o injusta. Cuando hay cooperación mutua, hay equilibrio, todos
se benefician y hay una concepción común de justicia. En el aspecto anglosajón es
muy importante esta moral de asociación, por el temor a la crítica
C. Moral de los principios. Somos beneficiarios de
instituciones de justicia, establecidas y duraderas, nos engendran un
sentimiento de justicia, y sentimos culpa si no cumplimos nuestros deberes y
obligaciones. Todos los ciudadanos, tienen una común perspectiva de la justicia
y sumisión a está.
La moral de los principios
adopta dos formas: Sentimiento de rectitud y justicia: incluye virtudes de las
morales de autoridad y de asociación, todos los ideales son comprendidos y
organizados en un sistema coherente por principios generales. Y Amor a la humanidad y autodominio: a) SANTO:
El amor a la humanidad se incluyen la buena voluntad y la humildad; b) HÉROE:
El autodominio se da cuando el sujeto es magnánimo y tiene autocontrol.
Cumplir cada uno con su
función y no romper el equilibrio-todo es una cuestión ética
8.
¿Cuál es la relación entre actitudes morales y naturales?
Las actitudes son familias
ordenadas de disposiciones, tanto morales como naturales, y las tendencias no
tienen que ser necesariamente normativas ni duraderas.
La relación entre actitudes
naturales y sentimientos morales se da porque son familias ordenadas de
disposiciones características, y estas familias coinciden de tal modo que la
ausencia de ciertas adhesiones naturales da origen a la probabilidad de ciertas
emociones morales, una vez que se haya realizado el desarrollo moral preciso.
Por ejemplo: Si A estima a B, entonces, a
falta de una especial explicación, A tiene miedo por B, cuando B está en
peligro, y trata de acudir en auxilio de B. Además si C proyecta tratar a B injustamente,
A se indigna contra C e intenta evitar que tales proyectos se hagan realidad
Para confirmar la relación
entre actitudes naturales y los sentimientos morales, señalaremos,
sencillamente, que la disposición por parte de A a sufrir cuando B sufre o a
indignarse por todo lo que le pasa a B, o a ponerse contento cuando esta con B.
Esta situación ejemplifica
las actitudes naturales del amor, mientras que las actitudes morales, son
aspectos más complejos, pues presuponen la comprensión y aceptación de ciertos
principios y una capacidad de juzgar de acuerdo con ellos.
No podemos prescindir de las
actitudes morales, y al mismo tiempo de las actitudes naturales, pues entre
personas que nunca actuasen de acuerdo con su deber de justicia, excepto por
razones de propio interés y de conveniente utilidad, no podría haber lazos de
amistad ni de confianza mutua, porque cuando existen estas adhesiones, se
reconocen otras razones para actuar rectamente.
El sentido de la justicia es
el resultado normal de las actitudes humanas naturales dentro de una sociedad
bien ordenada, también es verdad que nuestras impresiones morales presentes
pueden ser irracionales y caprichosas. Sin embargo una de las virtudes de una
sociedad bien ordenada, es la de que, por haber desaparecido la autoridad
arbitraria, sus miembros sufren mucho menos a causa de las cargas de la
conciencia opresiva.
El hombre se asocia para
sobrevivir por conveniencia y deja su cuestión natural guardada apaciguada
aunque termina por aflorar
Puedes tener un gusto
natural por la persona pero no te la puedes robar.
9.
¿Cuáles son las bases de la igualdad y cual la diferencia con la equidad
(comentar si el autor las distingue)?
Existen tres niveles en los
que aplica el concepto de igualdad: Primero: es la administración
de las instituciones como sistemas públicos de normas, la igualdad se entiende
como la justicia como regularidad, que implica la aplicación imparcial y la
interpretación coherente de las normas de acuerdo con preceptos tales como el
tratar los casos similares de modo similar. Segundo: el significado de
igualdad se específica mediante los principios de la justicia que requieren que
a todas las personas se asignen derechos básicos iguales, trata de la capacidad
de las personas de tener un sentido de la justicia.Tercero: son las personas
morales las que tienen derecho a una justicia igual.
El principio de la
diferencia se basa en que, a menos que exista una distribución que mejore a
todas las personas, se preferirá una distribución igual.
Las desigualdades sociales y económicas habrán de disponerse de tal
modo que sean tanto:
a) Para proporcionar la
mayor expectativa de beneficio a los menos aventajados, b) Para estar ligados
con cargos y posiciones asequibles a todos bajo condiciones de una justa igualdad
de oportunidades.
La estructura básica es un
sistema público de reglas que definen un esquema de actividades que conducen a
los hombres. La justicia procesal es imperfecta, no hay ningún procedimiento
que conduzca al resultado correcto con seguridad. La justicia puramente
procesal se da cuando no hay un criterio independiente para el resultado
correcto en su lugar existe un procedimiento correcto imparcial tal, que el
resultado sea igualmente correcto o imparcial, sea el que fuere, siempre y
cuando se haya observado debidamente el procedimiento. Los juegos de azar
ilustran esta situación. Las apuestas imparciales son aquellas cuyas
expectativas de ganancia es igual a cero. Un procedimiento imparcial hace
imparcial el resultado. Para ello se necesita una estructura básica justa para
aplicar una justicia puramente procesal.
El principio de la
compensación tiende a compensar las desventajas en dirección a la igualdad. Las
desigualdades inmerecidas, según este principio, requieren compensación, y dado
que las desigualdades de nacimiento y dotes naturales son inmerecidas, habrán
de ser compensadas de algún modo. Los hechos no son justos o injustos. Lo justo
o injusto es cómo se comportan las instituciones al respecto. Por ello las
sociedades aristocráticas o de castas son injustas. La estructura básica de
estas sociedades incorpora la arbitrariedad de la naturaleza.
Aquellos individuos con los
mayores méritos individuales deben contribuir al beneficio de los demás. La
sociedad debería tratar de evitar el área en la cual las contribuciones
marginales de los mejor situados son negativas para el bienestar de los menos
favorecidos. Debería opera rúnicamente en la parte creciente de la curva de la
contribución. Un mérito adicional del principio de diferencia es que proporciona
una interpretación del principio de fraternidad. En comparación con la libertad
y la igualdad, la idea de la fraternidad ha tenido un lugar menos importante
dentro de la teoría democrática. La fraternidad está íntimamente asociada al
principio de diferencia.
Equidad- cuantitativo le a
quien más lo necesitan-derecho distributivo
Igualdad-cualitativo
Todo debe ser proporcional
nunca más ni menos
10.
¿Cuando hablamos del bien de la justicia?
Dadas las circunstancias de
una sociedad bien ordenada, el proyecto racional de vida de una persona
sostiene y afirma su sentido de justicia. La justicia se combina con
el ideal de la unión social, atenúa la propensión a la envidia y al rencor, y
define un equilibrio en el que prevalece la prioridad de la libertad.
En una sociedad bien
ordenada, un eficaz sentido de la justicia corresponde al bien de una persona,
y así se refrenan, cuando no se eliminan, las tendencias a la inestabilidad.
11.
¿Qué es la autonomía y objetividad?
Siguiendo la interpretación
de Kant, de la justicia como imparcialidad, decimos que las personas actúan
autónomamente sobre principios que aceptarían en las condiciones que mejor
expresasen su naturaleza como seres racionales, libres e iguales, así fijamos
de manera independiente y racional nuestra concepción de lo justo (no estamos
influidos primordialmente por la tradición, la autoridad, la opinión de los
demás).
Los conceptos de autonomía
(libertad) y objetividad (razón) son compatibles, así, actuar autónomamente es
actuar sobre principios en los que estaríamos de acuerdo como seres racionales,
libres e iguales.
Y dichos principios son objetivos, son los que
desearíamos que todos siguiéramos. Para adoptar en común el punto de vista
adecuado.
Hay otros que erróneamente han sugerido que la autonomía
es la completa libertad de formar nuestras opiniones morales y que el juicio
consciente de todo agente moral debe ser respetado en absoluto. La objetividad
se atribuye luego a aquellos juicios que satisfacen todas las normas que el
propio agente, en su libertad, ha decidido que son pertinentes.
Y desde el punto de vista de la justicia como
imparcialidad lo señalado anteriormente es erróneo, pues ningún sujeto es
completamente libre de formar sus convicciones morales, y el individuo no
siempre tiene permitido actuar conforme sus opiniones morales, porque no puede
imponer a los demás condiciones que violan los principios a los que cada uno
prestaría su consentimiento en determinada situación.
En conclusión, una sociedad bien ordenada afirma la
autonomía de las personas y estimula la objetividad de sus juicios considerados
de la justicia, así las convicciones morales de los integrantes de la sociedad
siempre deben ajustarse a los principios que se elegirían en la situación
original o, si no se ajustan, al revisar sus juicios para que se ajusten.
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